¿Comprarías un alimento que está al lado de un insecticida? ¿O una linterna que está al lado de los snacks?

Sea cual sea el rubro de tu negocio, a la hora de ubicar tus productos, deberás considerar una serie de trucos para estimular a tus clientes a comprar. En caso contrario, perderás muchas ventas.

Te damos algunos consejos para que puedas ordenar tu mercadería de manera estratégica:

Colocá tus productos en los lugares correctos

Disponé tus productos en categorías o familias, es decir, todos aquellos que sean de la misma naturaleza o cubran necesidades similares irán juntos. Tené en cuenta a la hora de ubicarlos en las estanterías que aquellos que estén a la altura de la vista serán los más elegidos. Psicológicamente, los productos que están en cajas o contenedores generan una sensación se “oferta” aunque no estén de promoción. Muchos productos iguales en el mismo estante también son otro recurso para llamar la atención de tus clientes.

Si querés hacer circular un producto, colocalo junto a su “complemento exitoso”, por ejemplo, si tenés un mercadito y ofrecés una marca de yerba que es un éxito pero no lográs vender mates de autor, colocalos uno al lado del otro y facilitarás la venta ya que son complementarios.

Detectá cuáles son las zonas frías y calientes de tu negocio

Es fundamental considerar cómo se mueve el tráfico en tu tienda. En las zonas más transitadas, además de procurar que estén libres para la circulación, debés colocar los productos de menor rotación y en las llamadas “zonas frías” o de menor circulación (lejos de la salida), colocá los productos de primera necesidad y las promociones y ofertas. De esta manera, lograrás atraer a tus clientes hacia las zonas del negocio de menor circulación y podrán ver una mayor cantidad de productos en el recorrido. La misma lógica se aplica si tenés tus productos en largas estanterías; colocá al principio y al final aquellos que sean los más vendidos o los de primera necesidad, obligando al cliente a circular también por el centro.

Caso contrario, comprarán lo que fueron a buscar y se irán rápidamente, desaprovechando ofertas o desconociendo todos los productos complementarios que les podés ofrecer.

Considerá las ventas impulsivas

Las compras impulsivas se basan en un deseo efímero o en una sensación de necesidad. No son los productos que el cliente planificó comprar sino aquellos que siente que “no se puede perder”. Aprovechar los espacios cercanos a la caja para ofrecer productos pequeños y económicos generará una “necesidad de compra” en tus clientes. Por ejemplo, si tenés una dietética, colocá en el mostrador aquellos pequeños snacks saludables que las personas consumen al paso. Si vendés libros, podés colocar complementos como tarjetas o señaladores para complementar la compra.

Ubicá estratégicamente los carteles de promoción

Los carteles, las señales y los expositores son elementos que llaman la atención de tus clientes. ¡Utilizalos a tu favor! Es importante que no obstaculicen el tránsito ni tapen tus productos. Colocalos en los productos que estén en oferta o en promoción, en las novedades o en el “sector de descuentos”. Comunicar correctamente todo lo que le interese a tus clientes implica brindar mensajes claros y cortos, que se lean con solo echar un vistazo. Si tenés productos complementarios que necesitás rotar ponelos en promoción 2×1.

Utilizar guías como flechas y demarcaciones con información acerca de las categorías por estante o pasillo facilita las compras ya que aporta claridad a los clientes en su búsqueda.

 

 

 

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